Lo que no se dice: Monólogo de la madre
Un fragmento de Lo que no se dice
Jorge Ávalos
Escena 4. Monólogo de la madre.
En una iglesia. Al fondo, una actriz representa a la Virgen María (alternativamente, un actor representa al Cristo crucificado). La Madre entra y se arrodilla en el suelo, pero de cara al público. Junta las manos, cierra los ojos y comienza a rezar. En ese preciso instante, entra otra mujer: la Abogada. Ella trae una vela y la enciende durante la oración de la Madre. En algún momento reconoce lo que la Madre está diciendo, quizás cuando oye la palabra “abogada”, y se da vuelta y la escucha con atención, mostrando sorpresa cuando comprende qué es lo que la madre está confesando.
LA MADRE: Señor, no soy digna de hablarle. Tenía tiempo de no venir. Ya usted sabe que trabajo mucho. La maquila nos tiene cose y cose, día tras día. Y últimamente me ha tocado cubrir también los fines de semana. No me quejo. Estoy feliz porque mi niña tiene todo lo que necesita y usted sabe que eso es todo lo que yo necesito. Ella está creciendo. Se ha hecho tan inteligente. Es una buena niña. Si sigue así podría ser algo. Al principio pensé que como es tan linda, no sé, podría ser secretaria, o trabajar en un hotel. Pero ahora sé que puede ser más: doctora o abogada, lo que ella quiera. Todavía juega fútbol en la escuela pero ya se está haciendo señorita. Por eso quería hablarle, Señor. Algo le pasó a mi niña. Algo muy serio. Un maestro de su escuela la abusó. Más que eso, usted ya sabe lo que pasó: la violó. Eso no se le hace a una niña. Yo lo denuncié a la autoridad, a la directora de la escuela, pero ahora ella dice que todo esto lo provocó mi niña. Yo sé que no es verdad. El día que esto pasó, ella sangró mucho. La llevé a la clínica y me explicaron todo, todo lo que mi niña no me pudo explicar. Ella llora en la noche y tiene miedo de ir a la escuela. Yo quiero que me ayude, Señor. No le pido mucho, sólo quiero que me diga qué puedo hacer para que ella sea como antes, esa niña que podía ser cualquier cosa en el mundo: abogada o doctora, una mujer sin miedo, dueña de su vida y de su futuro. Gracias, Señor.
© 2009, Jorge Ávalos.
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