La poesía es la sed de mis ojos

II Festival Internacional de Poesía: Entrevista a Jorge Ávalos



Geovanny Ábrego



¿Qué te parece que se realice por segunda ocasión el Festival Internacional de Poesía en un país como El Salvador, donde no existe, lastimosamente, una gran cultura de la lectura?

El Salvador es el país ideal para un festival internacional de poesía precisamente porque no tenemos una gran cultura de la lectura. Politizados en extremo, todos tenemos una opinión, una causa, una verdad o un reclamo que expresar. El festival es nuestra oportunidad para cerrar la boca y aprender a escuchar.

¿Para qué sirve la poesía?

No puedo hablar por otros, pero para mí la poesía es la sed de mis ojos, el hambre de mis oídos, la voz de mi tacto, lo que me confunde y me recuerda que no todo tiene una explicación o una lógica. Yo escribo poesía no para decir algo sino para escuchar lo que me dice el mundo.

¿En qué puede aportar un festival de poesía, ya sea social o individualmente?

Que diga el presidente Francisco Flores lo que quiera, la verdad es que El Salvador es una tribu perdida en la selva global. Y la violencia social, la migración y la destrucción ecológica provocada por un crecimiento urbano sin control nos está llevando a la extinción. Pero cuando escucho un poema de Ricardo Lindo, cuando veo una pintura de Benjamín Cañas, cuando toco, furtivamente, una escultura de Verónica Vides, o cuando lucho para describir una coreografía de Eunice Payés, algo dentro de mí se estremece y me recuerda por qué estoy de regreso en este país que me ha quitado todo y me ha dado todo, porque no tengo nada de valor sino mi nombre y mis palabras.

¿Cuál es la función del poeta?

La figura opuesta a la de un poeta es la del político salvadoreño, que hace con la palabra lo que tantos otros hicieron con el colón, nuestra moneda nacional, por cien años: devaluarla. Para un político la palabra es un recurso para encubrir la verdad, para un poeta la palabra es luz: ilumina la realidad con la palabra utilizada en su forma más bella y más terrible. “Lo bello es apenas el comienzo de lo terrible”, escribió Rilke. En El Salvador estamos acostumbrados a lo terrible, pero muy pocos saben que lo terrible es también un camino hacia la belleza si la poesía es la lámpara que ilumina ese camino.


Ábrego, Geovanny. “La poesía es la sed de mis ojos” (II Festival Internacional de Poesía: Entrevista a Jorge Ávalos), La Prensa Gráfica, jueves 19 de junio de 2003.