El Asco: la pesadilla de Castellanos Moya

Juan Ramón Galeas logró interpretar de manera creíble su papel e involucrar al público asistente llevándolo de la risa —desatada por la ironía extrema del autor— hasta el silencio reflexivo y quizás colérico provocado por la irreverencia y crudeza de la propuesta de Castellanos Moya.”

Marta Eugenia Valle


En el marco de la celebración del décimo primer aniversario de La Luna, Casa y Arte, el martes 3 de diciembre de 2002, se presentó un monólogo basado en la novela El Asco de Horacio Castellanos Moya.

La presentación incluyó el ensayo videográfico que dirigiera el cineasta salvadoreño Guillermo Escalón sobre el autor de la obra. Esta unión de literatura, teatro y artes visuales subraya el carácter de La Luna como un importante espacio cultural independiente.

El coordinador del evento, Jorge Ávalos, dijo que esta presentación fue una cuestión de oportunidad y creatividad.

“De creatividad porque la obra de Castellanos Moya fue concebida por su autor a partir de una conversación sostenida con un amigo canadiense, precisamente en el local de La Luna; ambos platicaron sentados en la mesa que ahora sirve de escenario para la presentación del monólogo. Y de oportunidad porque teníamos un video sobre el libro, un actor que proponía representar el monólogo y el espacio mismo donde la novela fue concebida celebrando su aniversario. Las estrellas se alinearon”.

Hace un año, Escalón sugirió la idea de hacer no un documental sino un ensayo videográfico sobre El Asco. La novela ha sido muy controversial en nuestro país, por ello se pensó que una entrevista con el autor de la obra permitiría aportar una perspectiva del libro desde su dimensión literaria e intelectual, más allá de su contenido polémico. Es así como Escalón dirige este proyecto, producido por La Camioneta de Guatemala, y El Museo de la Palabra y la Imagen de El Salvador.

“El video está lleno del humor cáustico de Castellanos Moya, y había que resolver cómo y dónde estrenarlo, y dado que el escenario que inspiró al de la novela es La Luna, creí que una representación actuada de El Asco en su ubicación original sería un contrapunto perfecto a la entrevista con el autor”, dijo Ávalos.

Es ahí donde surge la idea de crear un monólogo por medio de la lectura de fragmentos del libro. Ávalos adaptó el texto y dirigió al actor Juan Ramón Galeas, quien interpretó a Thomas Bernhard, el personaje central de la novela. Beatriz Alcaine diseñó el espacio escénico y aportó la idea de incorporar a San Simón (una estatua de cartón piedra, santo de los bohemios) como el callado interlocutor de Bernhard.


El Asco en vivo

Galeas logró interpretar de manera creíble su papel e involucrar al público asistente llevándolo de la risa —desatada por la ironía extrema del autor— hasta el silencio reflexivo y quizás colérico provocado por la irreverencia y crudeza de la propuesta de Castellanos Moya.

En la presentación, el monólogo se interrumpe para dejar ver el trabajo de Escalón, quien nos facilita con eficiencia el encuentro con el autor y sus ideas, que están antes y a la par del texto al que nos enfrentamos. Castellanos Moya habla de su admiración por la obra del escritor austriaco Thomas Bernhard; la musicalidad de sus escritos y la crítica profunda en torno a todos los valores de la sociedad austriaca y en general de la humanidad.

Para el escritor salvadoreño, Bernhard es un maestro de la musicalidad, que toma como recurso literario la repetición tenaz, continua y a veces agobiante, de una frase que se convierte, como en la música, en un motivo de fuga, de manera que esta frase da paso a la siguiente.

Castellanos Moya lee a continuación fragmentos de Bernhard y luego de su propia obra para establecer la forma en que él mismo ha querido recrear al novelista austriaco, como un tributo y como una necesidad para decir lo propio en su obra: con un lenguaje igualmente obsesivo y cuestionador.

También hace las reflexiones sobre temas como la inseguridad, la violencia y lo que llama la “actitud frenética” de los salvadoreños que le dan la impresión de “hormigas sobre un comal caliente”.

“En El Salvador hay tanta violencia”, dice, “que las personas manejan cierto grado de paranoia para sobrevivir; al final, cuidarse cansa”.

La presentación conjunta del monólogo y el video definitivamente nos permite penetrar y conocer otras facetas del libro El Asco, que nos obligan a separarnos de lo emotivo, para llevarnos a la reflexión sobre los procesos históricos, políticos, sociales y culturales que hemos vivido y que estamos viviendo los salvadoreños.


Valle, Marta Eugenia. “El Asco: la pesadilla de Castellanos Moya”, Infocentros [infocentros.org.sv], viernes 6 de diciembre de 2002.