A los que hablan con negatividad de nuestra cultura

Carlos Velis


Si algo se puede decir de Álvaro Menén Desleal es que era un escritor profesional: vivía de la escritura, como proyecto de vida, con los riesgos de pobreza que eso implica, cosa que en este país, muy pocos lo pueden decir. En sus últimos años, cuando vino a radicarse al país, mantuve una buena amistad con él, por supuesto, salvando las distancias de la edad, pero con mucha historia en común. Sé que renegó de muchos desplantes que hizo en su vida, a gente que no lo merecía.

Con relación a la Luz negra, es una obra con gran influencia de Samuel Becket, pero no es un plagio. Eso lo puedo asegurar, que me sé de memoria ambos autores. Yo me quedaría con las palabras de Miguel Ángel Asturias, que la llama un “absurdo tropical”, por tanto más exhuberante y rico que los textos de Becket. Hasta ahora, sigue siendo la obra dramática más importante de El Salvador, que aún se puede ver en algún montaje en cualquier lugar alrededor de la tierra, como Inglaterra, Japón, etc. Es cierto lo que dicen algunos comentaristas, que Luz negra no tiene una idea clara, un “superobjetivo” claro, como le llamamos en el teatro; es un texto despelotado y caótico, pero ese es su valor, precisamente. Al final de cuentas, despierta polémica, lo que ya de por sí es valioso. Pero su gran contenido es sobre el respeto a la vida, la tolerancia entre las diferentes ideologías y cómo las dimensiones de la realidad cambian después de la muerte. Es, verdaderamente, lo mejor que saliera de la pluma de Álvaro.

A los que hablan con negatividad sobre nuestra vida cultural... les recomiendo que lean más lo nuestro, que vayan al teatro y a los eventos culturales, porque ahora hay más que nunca, a pesar de las dificultades que afrontamos los hacedores de cultura, como la exclusión social a que nos ha condenado el régimen arenero (y los anteriores, desde Martínez) y que las consecuencias van a durar muchos años, o sea, mientras exista el monopolio mediático. Esa es una injusticia que tienen que reivindicar los futuros gobiernos.

Cada año, nuestros escritores ganan premios internacionales en América y Europa; Quetzaltenango, practicamente es dominio de los salvadoreños. En poesía, se puede mencionar a Mario Noel Rodríguez, Carmen González Huguet, Jorge Galán, Otoniel Guevara; en cuento, a Claudia Hernández, Rafael Francisco Góchez, Lito Montalvo, Luis Salazar Retana; en dramaturgia, a Carlos Velis, Jorgelina Cerritos, Jorge Ávalos; en novela, a Berne Ayalá, Horacio Castellanos Moya, David Hernández, Mario Bencastro, entre otros muchos; también tenemos a escritores que ejercen con igual maestría cualquiera de estos géneros, como David Escobar Galindo, Ricardo Lindo (que, por cierto, fue el que le dio un manuscrito a Álvaro y éste lo publicó con su nombre), José Luis Valle; y no quiero olvidar a los ensayistas, como Geovani Galeas, Astrid Bahamond, Rafael Rodríguez, Rafael Lara Martínez, Carlos Cañas Dinarte, etc., etc., etc...

A los que ven de manera derrotista la descomposición de los jóvenes, les invito a que se acerquen a ellos, van a ver que no todos son descompuestos; al contrario, la esperanza se mantiene.

Por fin, me gustaría que se reconsiderara el nombre “Roque Dalton” que ostenta el teatro Municipal de Cámara, por el de Edmundo Barbero, ya que san Roque, por mucho que se le venere, no ejerció el género dramático. Su única incursión al teatro fue en la superproducción de los sesenta, Edipo Rey, con el Teatro Universitario, dirigida por Jean Moreau y no hay muy buenas referencias de su disciplina escénica.


Velis, Carlos. “A los que hablan con negatividad de nuestra cultura”, Conversaciones con Neto Rivas, 30 de agosto de 2009.

Una cita con la controversia


Entre los eventos del décimo primer aniversario de La Luna, Casa y Arte habrá también una noche para la polémica, con un montaje multimedia de El asco de Horacio Castellanos Moya.

La novela ha sido adaptada al teatro por el escritor Jorge Ávalos para acompañar el estreno de un video de Guillermo Escalón en el que Castellanos Moya discute su libro más controversial.

“Vamos a ofrecer una presentación muy interesante en dos partes que se reflejan mutuamente como en un espejo: por un lado el personaje de El asco y por otro lado el autor, que es un personaje de la literatura y la realidad nacional; no sé quién creó a quién”, explicó Ávalos.

Esas dos partes son el video de Escalón y un monólogo adaptado de la novela y el cual será interpretado por el actor Juan Ramón Galeas, mejor conocido por su trabajo en El jardín de las angustias de Filánder Funes.

Según Ávalos, el video es en realidad otro monólogo, en el que Castellanos Moya profundiza en los temas que abordó en El asco.

“El público podrá constatar que la transición del texto de la novela a las declaraciones de Castellanos Moya contenidas en la entrevista de Escalón es bastante fluida, como si se trataran de las dos partes de una sola obra”, resaltó Ávalos.

Esta presentación especial dedicada a la novela El asco tendrá lugar mañana a las 9 p.m. en La Luna. La entrada será gratuita.


“Una cita con la controversia”, La Prensa Gráfica, San Salvador, lunes 2 de diciembre de 2002.

Las nuevas propuestas teatrales

Fernando Umaña considera que con La canción de nuestros días se está abriendo una nueva brecha dentro del teatro nacional.

Regina Miranda


La canción de nuestros días es una de las tres piezas de dramaturgia salvadoreña que forman parte de los estrenos de la muestra de teatro 2009 “De las tablas a la literatura, de la literatura a las tablas”, coordinada por la Asociación de Arte Dramático (AAD).

La puesta en escena de La canción de nuestros días, original del escritor y periodista Jorge Ávalos, estuvo a cargo de Fernando Umaña, director del Teatro Estudio de San Salvador (TESS).

Esta obra es la apertura al teatro profesional de las actrices salvadoreñas Marlen Argueta, Gabriela Avilés y Jennifer Vásquez. Comenzará a presentarse el miércoles 27 de mayo, para continuar el 28 y 29 en la pequeña sala del Teatro Nacional.

La obra narra cómo la paz y tranquilidad de tres hermanas que viven en la zona montañosa de Morazán les fue arrebatada con el inicio del conflicto armado en los años setenta, una situación que experimentaron miles de personas en el país.

“Este montaje es muy diferente a los otros cuatro que como director he hecho para el TESS. Anteriormente trabajé mucho la fisicalidad (movimiento) del actor; este trabajo es más interno. Lo hemos llamado teatro de la quietud: la acción no es transmitida por lo físico, más bien la palabra toma el rol”, manifestó el director.

Fernando Umaña considera que con La canción de nuestros días se está abriendo una nueva brecha dentro del teatro nacional.

“Es una puesta de escena donde el movimiento es mínimo; y si lo hay es un movimiento de alto grado de contención interna, donde se reduce al máximo la expresión”, agregó el director.


Miranda, Regina. Fragmento de “Las nuevas propuestas teatrales”, El Diario de Hoy, sábado 23 de mayo de 2009.

El día nacional del asco


Cómo llevé a escena la novela de Horacio Castellanos Moya

Jorge Ávalos


La adaptación escénica que presenté de El asco de Horacio Castellanos Moya en La Luna, Casa y Arte el 3 de diciembre de 2002, fue un acto de justicia en más de un sentido. La génesis de El asco está íntimamente ligada con este espacio cultural dirigido por Beatriz Alcaine, y que en ese entonces cumplía 11 años de ser el espacio generador de actividades artísticas innovadoras más importante del período de la posguerra, una especie de laboratorio cultural que permitió nuevas avenidas de expresión y de debate.

Una leyenda urbana, que al parecer no está muy alejada de la verdad, es que Horacio escribió El asco en La Luna, en un rincón junto al jardín; al menos así lo recuerda Beatriz. Además, los personajes de la novela, Edgardo Vega y un tal Moya, que sin duda representa al autor, se reúnen en un café bohemio claramente inspirado en La Luna. Más importante aún, es que Horacio ha sugerido que el encuentro narrado en la novela está basado en la realidad; de que, en efecto, un día de tantos se reunió en La Luna con un amigo que visitaba el país, y que la conversación giró en torno a los vicios de la identidad salvadoreña, deformada por la guerra y la violencia. Por lo tanto, La Luna no es sólo el escenario real de la escritura de la obra, también es el espacio real del encuentro que inspiró el escenario ficticio en el que transcurre la acción narrativa.

Publicada en 1997, El asco se convirtió de inmediato en un éxito de ventas, pero dividió a los críticos. Para dar un ejemplo, Miguel Huezo Mixco la consideró la mejor novela de la década; por su parte, Geovani Galeas la consideró un simple libelo; ambos, por cierto, publicaron sus opiniones en la misma revista en la que Horacio había trabajado como editor por muchos años: Tendencias. Si bien el valor de la novela todavía es discutido, lo que no puede negarse es que la ironía corrosiva del autor sí caló muy hondo en la conciencia del lector salvadoreño. La obra contiene un ataque sistemático y mordaz de los signos más emblemáticos de la cultura salvadoreña, y provocó reacciones violentas entre algunos lectores, incluyendo amenazas de muerte contra el autor, las cuales provocaron su exilio.

En el 2002, cinco años después de su publicación, El asco continuaba generando polémicas. Fue entonces cuando el cineasta salvadoreño, Guillermo Escalón, que radicaba en Guatemala, decidió hacerle una entrevista a Horacio. Al editarla, Guillermo no incluye un marco contextual a la entrevista y suprime las preguntas. El video, por lo tanto, refleja, como en un espejo, la estrategia de la novela, y se convierte en un monólogo no muy distinto al que encontramos en El asco, narrado en primera persona por un personaje llamado Edgardo Vega (el mismo “Thomas Bernhard” en El Salvador al que se alude en el subtítulo). El monólogo de Horacio en el video es también una disección de la identidad salvadoreña. Y yo me atrevería a decir que su diatriba —construida con sus respuestas en torno a su novela El asco, con sus opiniones sobre la identidad salvadoreña y con su apreciación del verdadero escritor suizo Thomas Bernhard— es incluso más interesante, más corrosiva y más divertida que la novela en sí.

Por una extraña coincidencia, en un mismo día tuve tres encuentros fortuitos que me impulsaron a decir: ¿por qué no llevamos El asco a escena? El primero de estos encuentros fue con Miguel Huezo, no el escritor que cree que la novela de Horacio es la mejor de la década, sino el tenaz promotor cultural de la Casa de los Mestizos en Suchitoto. Él había visto el video con la entrevista de Horacio, y aseguraba que Guillermo deseaba un estreno provocativo. La propuesta de Miguel era que debía correrse el rumor de la existencia del video, indicando que era aún más controversial que la novela.

“¿Cómo se inicia un rumor así?”, pregunté.

Mi pregunta debió haber sido muy ingenua porque Miguel y los otros tres amigos que nos acompañaban comenzaron a reír.

“Está bien”, dije, “corran la voz, pero a mi manera de ver, la presentación de esta entrevista debería estar acompañada de una representación en vivo de El asco.”

La respuesta que recibió mi propuesta todavía me intriga.

“En estos tiempos”, dijo un escritor amigo, “¿quién se va a atrever a leer El asco públicamente, mucho menos, quién se va a atrever a presentarlo?”

Esa misma tarde pasé por el café y bar La ventana, que en ese entonces estaba ubicado en la zona bohemia de El Barrio. Allí, en la barra me encontré con un actor, Juan Ramón Galeas, y de inmediato comenzamos a hablar de la pobreza de propuestas en el teatro salvadoreño. Desde el 2001, Galeas había interpretado el papel de Federico García Lorca en el El jardín de las angustias, una obra adaptada de textos del poeta andaluz y puesta en escena por Filánder Funes. Fue la mejor obra salvadoreña del 2001 y en el 2002, no había nada en los escenarios que se le comparara. Al menos así lo creía Juan Ramón. De pronto, se me ocurrió hacerle una pregunta que me pareció obvia.

“Es verdad que no hay propuestas interesantes en el teatro”, observé, “pero, ¿cuál es tu propuesta? Es decir, ¿qué es lo que te gustaría hacer en el teatro, en este momento?”

Juan Ramón me miró muy fijamente y luego miró su vaso vacío.

“Me gustaría hacer algo que valga la pena”, respondió. “Algo que sacuda al espectador, un texto provocador, algo así como El asco, pero para la escena”.

“¡Qué curioso! Eso es exactamente lo mismo que yo estaba pensando”, le dije, y en ese mismo momento intercambiamos teléfonos, motivados a hacer algún tipo de escenificación de El asco.

Aunque cueste creerlo, cinco minutos después de mi conversación con Juan Ramón tenía un trato para presentar El asco. Al salir de La Ventana crucé la callé, entré al supermercado y allí me encontré con Beatriz, y de inmediato comencé a hablar con ella del video de la entrevista con Horacio sobre El asco y de mi idea de estrenarlo precedido de una puesta en escena de la novela.

“¿Sabías que Horacio escribió El asco en La Luna?”, dijo.

La verdad, no lo sabía. Esa misma noche le propuse a Beatriz realizar el evento en La Luna.

Habría olvidado este encuentro fortuito con Bea en un supermercado de no ser porque hace poco descubrí que todavía conservo el correo electrónico en el que propongo la idea, y que data del 18 de octubre de 2002: «Sobre lo que te conté en el supermercado… Entre el Museo de la Palabra y la Imagen y una ONG guatemalteca se produjo un video de media hora realizado por Guillermo Escalón sobre Horacio Castellanos Moya. El video es en realidad un monólogo de Horacio hablando en términos bastante similares a como escribe en El asco. Y es muy entretenido, deberías oírlo hablar de “los dos ejes de pudrición de El Salvador”… Estamos planeando hacer más de un evento con Horacio, el libro El asco y con el video. Dentro de un par de días recibimos noticia de Horacio a ver si puede venir en esa época. Pero en La Luna lo chivo sería valorar el aspecto creativo y artístico de El asco, que es una creación después de todo y que nació allí. La idea que discutimos a mí me parece chivísima, con un actor interpretando El asco, y con una proyección creativa del video. Planifiquemos para diciembre, en el marco del aniversario de La Luna.»

Beatriz aceptó la propuesta de inmediato, aunque debo decir que la declaración plural que utilicé para inspirarle confianza en el proyecto —“estamos planeando”— resultó ser una ilusión, porque como productor del evento acabé quedándome solo. Ni la Casa de los Mestizos ni el Museo de la Palabra y la Imagen me dieron apoyo alguno. Al final, sin embargo obtuve una donación anónima de cien dólares para la producción, que me sirvió para pagarle 50 dólares al actor por una presentación y el resto para pagar todos los tragos que consumimos durante los ensayos que llevamos a cabo en los bares más importantes del país. Cuando Bea se enteró de que nadie estaba detrás del proyecto, excepto yo, cambió la redacción del anuncio en el calendario y me hizo prometerle que no le iba a fallar. Para el día 3 de diciembre de 2002, el calendario de La Luna literalmente reza: “Jorge Ávalos presenta…”. Así, con cien dólares y una idea me convertí en empresario teatral.

El 20 de noviembre, Bea me escribió para saber si todo estaba bien. He aquí mi respuesta: «Sí, el 3 de diciembre es el día nacional del asco. El programa incluirá el estreno del video de Guillermo Escalón (de 30 minutos), una entrevista con Horacio Castellanos Moya sobre su novela El asco y una lectura de fragmentos de la novela por el actor Juan Ramón Galeas. Todo el programa durará una hora. Mañana en la noche me reúno con Juan Ramón para amarrar detalles. Yo me encargo de hacerle publicidad en La Prensa Gráfica para ese día. Vos hacé lo demás. Con Juan Ramón discutimos la idea de comenzar con una dosis de teatro invisible. O sea, sin que la gente sepa que él es el actor, que comience expresando molestia de que estos eventos siempre empiezan tarde, qué a qué horas empieza, que a la gran púchica este país, y así cuando la gente menos lo siente ya están escuchando el monólogo del El asco. No sé si eso te parece…».

«Me parece genial lo del teatro invisible y perfecto el actor para tal asco», respondió Bea. Así que todo estaba en marcha. En apariencia. Porque aunque sí tenía una idea muy clara de lo que quería hacer y una propuesta de montaje bastante avanzada, tenía un par de dificultades. En primer lugar, no tenía todavía una adaptación, y me quedaba un margen de tiempo muy breve para redactar un texto. En segundo lugar no tenía permiso ni de Horacio para adaptar su novela ni de Guillermo para presentar su video. Y sobre esto último, me acababa de enterar de que el video de la entrevista con Horacio se había perdido. La única copia que yo conocía la tenía Miguel de la Casa de los Mestizos y había sido robada del carro de un amigo de él.

“¿Un ladrón se robó el video de la entrevista con el autor de El asco?”, le pregunté a Miguel. “¡Me corto un brazo si no se le puede llamar a eso irónico!”.

“¿Qué querés decir con ‘irónico’?”, fue la réplica al otro lado del teléfono.

Mantengo que el hecho fue irónico, tanto así que todavía conservo mis dos brazos en el lugar que les corresponde. Ahora bien, si quería una versión digitada del texto de El asco y una copia del video, tenía que obtener el permiso de los dos artistas y pedirles a ellos, con cierta urgencia, ambas cosas. He aquí el texto de mi correo a Horacio enviado el 21 de noviembre: «Horacio: Te escribo por un par de cosas. El martes 3 de diciembre, La Luna estará presentando el video que realizó Guillermo Escalón sobre El asco, y que es una entrevista con vos. Lo que queremos hacer es presentar el video y una lectura en vivo de El asco por un actor. No habrá debates ni discusiones ni nada de eso al final. Será un evento para gozar el texto del libro puramente. El evento se dará en el marco del aniversario de La Luna y de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Imaginate que rico será revisitar El asco en ese doble contexto. Celebración y crítica, un acto imaginativo y de repudio al mismo tiempo. Si esto te parece, quería pedirte un favor. ¿Hay alguna posibilidad de que me puedas enviar en Word el texto de El asco? No se va a leer completo, pero queremos hacer una buena selección que complemente y se enriquezca con tus comentarios en el video. Nos facilitaría el trabajo, nada más. Por cierto, ¿tenés el correo electrónico de Guillermo Escalón?».

Increíblemente, Horacio me respondió de inmediato: «Estimado Jorge: Qué buena noticia que presenten en La Luna el video realizado por Guillermo, y en especial en el aniversario de un lugar tan querido para mí. Desgraciadamente no tengo El asco levantado en Word; el disket en que estaba, un viejo Word para Mac, se borró con el tiempo (han pasado cinco años desde entonces). De todas maneras, veré qué puedo hacer, aunque lo veo casi imposible.» De hecho, fue imposible, pero al menos me envió el correo de Guillermo, a quien le escribí: «Guillermo: Te escribo por un par de cosas. El martes 3 de diciembre, La Luna estará presentando un montaje escénico de El asco. Lo que queremos hacer es realizar una presentación en vivo de El asco interpretada por un actor seguida por la entrevista en video que le hiciste a Horacio. No habrá debates ni discusiones ni nada de eso al final. Será un evento para gozar el texto del libro puramente. El evento se dará en el marco del aniversario de La Luna y de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Imaginate que rico será revisitar El asco en ese doble contexto. Celebración y crítica, un acto imaginativo y de repudio al mismo tiempo. Si esto te parece, quería pedirte un favor. ¿Hay alguna posibilidad de que me puedas enviar una copia del video?».

Diez días después, el 3 de diciembre el “día nacional del asco” llegó y, aunque ahora me parezca mentira, todo estaba listo. Beatriz había elegido como escenario el rincón favorito de Horacio en La Luna, una esquina junto al jardín, al lado del técnico de música. Aunque El asco es, en esencia, un monólogo, la idea de un interlocutor es una parte integral de la novela. Yo no quería que el actor se dirigiera al público. Parte del efecto cómico, a mi manera de ver, sería motivada por cierto grado de realismo. Mi propuesta requería que el personaje Edgardo Vega le leyera a “Moya” la novela que había estado escribiendo sobre El Salvador. “Moya”, en la escena, no era interpretado por otro actor, sino por una efigie bastante realista de San Simón, a quien ubicamos al otro lado de la mesa con el actor. De esa manera, el personaje tenía un interlocutor silencioso, pero que cumplía muy bien el papel de servir como un sujeto real para la atención del actor. Aunque el hecho de que Juan Ramón le hablara al santo de los bohemios fue un inspirado efecto cómico, a San Simón lo tomamos muy en serio. Parte del proceso fue pedirle su ayuda en el montaje. Bea le explicó lo que haríamos y luego lo sentó en la mesa elegida. Al final nadie se rió de San Simón, sino del personaje, Edgardo Vega, quien adquirió ciertos matices emocionales, cierto patetismo que le infundió más profundidad a la actuación de Juan Ramón, gracias a la compañía del santo.

La idea del teatro invisible, es decir, la idea de borrar la frontera entre el momento presente y el momento escénico, y entre la realidad y la ficción, funcionó muy bien. Y el actor la extendió a lo largo de todo el monólogo. Después de quejarse, ubicado entre el “público”, de que en este país todos estos eventos empezaban tarde, Juan Ramón se puso de pie y se sentó en el rincón elegido, desde allí pidió que se apagara la música, que lo tenía harto. Por un par de minutos, una parte del “público” realmente se incomodó con la actitud de Juan Ramón, pues no sabía que era el actor. Sólo con el cambio de luces, cuando una cenital roja iluminó la mesa del rincón y el resto del espacio quedó en sombras, cayó en cuenta la gente, ahora sí transformada en público, de que el suceso teatral estaba por comenzar. Al hablarle a San Simón, el actor se refería a la novela que estaba escribiendo, y ese manuscrito, que era mi adaptación de El asco, estaba construido con recortes a tijera de dos ejemplares de la novela, con mis notas a mano, y las selecciones de texto hechas con un marcador amarillo fluorescente. Una de las indicaciones que le di a Juan Ramón, que estaba vestido con el traje blanco típico de los turistas norteamericanos en la década de 1950, es que mantuviera el ritmo del autor e interrumpiera su monólogo pidiendo tragos al mesero de turno, a quien tenía que llamar con su nombre real. Yo marqué dos interrupciones. Juan Ramón hizo cinco. Terminó su monólogo ebrio y feliz.

En un sentido muy real, Beatriz fue una escenógrafa de primer orden. Creó un ambiente perfecto para Edgardo Vega, pero sin romper con la continuidad del espacio. No había una frontera clara entre la mesa en la que el personaje se sentaba de las otras mesas; el escenario estaba plenamente integrado al espacio de La Luna. Al mismo tiempo, una vez que inició la presentación del monólogo, había detalles mínimos, en la iluminación, en el decorado y en la posición de la mesa, claramente visible a todo el público, que convertían el espacio en un “escenario”. La brillante idea de usar a San Simón para representar a Moya se la debo a ella. Realismo y teatralidad se combinaban en una alquimia perfecta. Uno de los trucos más simples y bellos de Bea fue utilizar para ese rincón escénico un telón de fondo colgado con ganchitos de ropa. Bajo la luz roja que se utilizó durante la presentación se veía rojo, pero una vez que se da la fluida transición entre el texto del actor y la voz de Horacio en el video, la luz cambia gradualmente y vemos que el telón se hace blanco, entonces aparece la imagen del video y el personaje interpretado por Juan Ramón desaparece entre las sombras. Esta transición creó un efecto de espejo: el personaje se transforma en su reflejo, interpretado con igual maestría por Horacio en el video.

La recepción por un público principalmente conformado por artistas visuales fue inolvidable. Marta Eugenia Valle, mejor conocida como una pionera de la instalación, escribió una crónica del evento que fue publicada en el portal de Internet salvadoreño Infocentros. En ese artículo concluyó que «La presentación conjunta del monólogo y el video definitivamente nos permite penetrar y conocer otras facetas del libro El asco, que nos obligan a separarnos de lo emotivo, para llevarnos a la reflexión sobre los procesos históricos, políticos, sociales y culturales que hemos vivido y que estamos viviendo los salvadoreños.» Horacio, que estaba fuera del país, agradeció el artículo tan descriptivo de Marta Eugenia. Por su parte, Guillermo estaba encantado. Unos días después me escribió: «Me alegra mucho que haya funcionado, es una forma de válvula de escape necesaria que me deja una sensación de alivio. Ojalá circule de nuevo este subversivo montaje que hicieron.» Pero por una serie de razones que no vale la pena recordar, el “montaje subversivo” de El asco no se volvió a hacer. Fue un evento único. Y la verdad, lo prefiero así, porque, a su manera, fue el suceso teatral perfecto. Así lo quiero recordar.


Ávalos, Jorge. “El día nacional del asco”. San Salvador, 3 de diciembre de 2009.

Con Policarpo y Rosa se enreda esta cosa: En el teatro


Un fragmento de Con Policarpo y Rosa se enreda esta cosa


Jorge Ávalos


Acto I, escena 1: La canción del día a día.

Entra la Narradora y con un chasquido de los dedos (o algún otro mecanismo) congela la acción.

NARRADORA: ¡Ah, el teatro, el teatro! Ustedes pensarán que es una mera distracción, una extraña forma de entretenimiento, la ocupación de un grupo de excéntricos comediantes apasionados por la máscara y el disfraz, por el hechizo de la palabra y la belleza de la expresión. En realidad, no hay nada más ordinario y común que el teatro. El mundo está de lleno de ellos, porque todos somos actores. (Chasquido de los dedos, comienza la música y la canción. Opción: La Jefa y el Asistente salen o se unen a la canción).

Adónde estamos
en qué teatro
en qué faceta de la vida estamos
adónde iremos
y qué haremos
una canción de amor habrá que inventar

Cada mañana
enciendo el cielo
y salgo al día iluminada con mis sueños

la calle baila, el sol me sigue
y canto la canción del día a día

Este es mi triunfo
mi único triunfo
este es mi triunfo
ser la verdad de mi verdad
ese es mi triunfo

A diario desempeñamos nuestros papeles. Los aprendemos poco a poco, al principio. Y después los creamos nosotros mismos, los ajustamos a la medida de lo que somos y de lo que podemos y necesitamos hacer. Nuestra personalidad es nuestra máscara; nuestra actitud, nuestro disfraz.

Adónde estamos
en qué teatro
en qué faceta de la vida estamos
adónde iremos
y qué haremos
una canción de amor habrá que inventar

Cada semana
salgo al mundo
convencida que mi vida nace
con mis sueños

la calle canta, el sol me sigue
y me entrego al ritmo de los días

Este es mi triunfo
mi único triunfo
este es mi triunfo
Ser la verdad de mi verdad
ese es mi triunfo

¿Hasta qué punto pretendemos ser lo que no somos? ¿Hasta qué punto somos lo que somos de verdad? Usted, por ejemplo, ¿quién es usted? En la mañana, es la madre responsable: el desayuno de los niños, los dientes cepillados, los zapatitos lustrados, el uniforme planchado, ¡vamos, vamos, se hace tarde! Y con ellos usted, la súper mamá, lista para la faena, con su traje formal y sus zapatos de vestir. Pero cuando cruza la puerta de la empresa, ¿quién es usted? Ah, soy la secretaria, soy la gerente de mercadeo, soy la cocinera, soy la directora de recursos humanos, soy… soy la mujer trabajadora… una mujer y su sueño. Y usted, sí, usted, ¿quién es usted? Ah, soy el nuevo vendedor, el gerente de la planta, el técnico, el director, soy… el hombre trabajador… un hombre y su sueño. Pero al llegar a casa cambiará de papel y será el padre cariñoso pero cansado, que levanta a los hijos en sus brazos, ¿dónde está mamá? ¿Hiciste los deberes? Y cuando ella aparezca y lo bese, juntos, todos, desempeñarán el papel de una familia. Los niños contarán sus fantásticas aventuras, y cuando se duerman, papá y mamá se hablarán con la mirada, y el amor los hará tan bellos como aquél día cuando un nervioso y mutuo sí los convirtió en algo más que uno…

Y cuando acabe la función
que nadie diga
que no hice lo mejor que pude hacer
pues desempeñé el papel más importante:
ser lo mejor que pude ser
en cada acto y su función
en cada día
de mis días y mis sueños

Este es mi triunfo
mi único triunfo
este es mi triunfo
Ser la verdad de mi verdad
ese es mi triunfo

Así que desempeñamos papeles todo el tiempo, a lo largo de nuestra vida. Lo importante es aprender cómo hacerlo, sólo así podremos desempeñar el papel que más importa: el que nos permite lograr lo que queremos, el que nos ayuda a convertir en realidad nuestros sueños.


Ávalos, Jorge. Con Policarpo y Rosa se enreda esta cosa. San Salvador, agosto de 2005.

© 2005, Jorge Ávalos

La Constancia hace cultura


La empresa líder hizo del teatro un eficaz aliado, en esa lucha por ser los mejores

El autor, Jorge Ávalos concibió una comedia muy cotidiana sobre una ingenua secretaria y sus enredos, en el primer día de labores.

Rosemarie Mixco


Resulta que la mística está en último lugar. Al final de todo. Escondida tras las sombras. Pero, no porque su valor sea mínimo. Al contrario, su importancia es tal que es necesario tenerla en la base del éxito, como la meta final y detrás de cada proyecto.

Industrias La Constancia (ILC) ha sido, es y quiere seguir siendo líder. Para ello, navega constantemente en aguas agitadas, donde ser ágil, creativo y eficaz es esencial. Nutrir una mística de trabajo leal y responsable es una de sus grandes apuestas. Quieren generar una cultura del desempeño. Para ello, en esta era de la globalización, la ILC apostó por una alianza estratégica con las artes escénicas.

Fue en Artteatro, dirigido por el director y productor Fernando Umaña, donde sus expectativas encontraron eco. En menos de dos meses, los artistas asumieron el reto, crearon un guión, maximizaron ensayos y ofrecieron una comedia empresarial que conquistó a dos mil empleados. Con Policarpo y Rosa, se enreda esta cosa, la titularon.


El resultado

El sábado, a las 3:00 de la tarde, teatreros y ejecutivos clausuraron una jornada de ocho funciones que satisfizo las expectativas. Con Policarpo y Rosa se enreda esta cosa no sólo reunió todos los conceptos creados para fomentar esa cultura del desempeño, también logró vencer esas barreras que suelen confabularse contra este tipo de proyectos. La audiencia la disfrutó. La retroalimentación fue un éxito.

“Estamos convencidos que escogimos a los mejores”, expresó Emma de Benítez, directora de Recursos Humanos, al referirse a los virtuosos.

Para Martín van Dam, director de País de ILC, la propuesta escénica mostró a los empleados lo que “hay qué hacer y no hacer”, de una forma fácil de digerir y entretenida. El autor, Jorge Ávalos concibió una comedia muy cotidiana sobre una ingenua secretaria y sus enredos, en el primer día de labores. La obra ofreció hora y media de diversión a todos los empleados.


Mixco, Rosemarie. “La Constancia hace cultura”, El Diario de Hoy, San Salvador, 5 de septiembre de 2005.

Presentan novela ganadora del Sinán

Jorge Ávalos presentó la novela ganadora del Premio Sinán Listones de Colores.
Al centro, el autor, Carlos Alberto Soriano. A la izquierda: Silvia Elena Regalado.
Esta no es una novela sobre las pandillas, es una novela sobre personas que viven en condiciones de exclusión social”.
Jorge Ávalos

Jorge García F.

La Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC) realizó ayer la presentación de la novela Listones de colores del escritor salvadoreño Carlos Alberto Soriano.

La presentación de esta obra ganadora del Premio Centroamericano de Literatura “Rogelio Sinán” 2005-2006, se realizó en el auditórium ingeniero Adolfo Araujo de la UTEC.

En el acto de presentación participaron los escritores. Silvia Elena Regalado, Carlos Soriano y Jorge Ávalos, quien realizó los comentarios sobre la novela.

“Esta no es una novela sobre las pandillas, es una novela sobre personas que viven en condiciones de exclusión social”, enfatizó durante la reunión, el escritor y periodista Jorge Ávalos.

Soriano, quién inició su carrera literaria a los 12 años, recalcó que para la creación de sus personajes, se apega al estilo periodístico de la entrevista.

“Esta es una historia de amor ambientada en el mundo de las pandillas”, puntualizó el autor de la obra.

Este libro escrito en primera persona maneja como temas principales: la locura, la violencia y el uso de las drogas.


García F., Jorge. “Presentan novela ganadora del Sinán”, El Diario de Hoy, San Salvador, 2 de noviembre de 2006.

Afiche de la Muestra de Teatro 2009


Tres historias de amor en medio de la cruenta guerra

La canción de nuestros días refleja el fuerte sentido de identidad colectiva que une a sus tres personajes ante el drama de la guerra.

Maryelos Cea


La Muestra de Teatro 2009 presentará al público cinco propuestas netamente salvadoreñas. Entre ellas, La canción de nuestros días del grupo Teatro Estudio de San Salvador (TESS), bajo la dirección de Fernando Umaña.

La obra es original del escritor Jorge Ávalos, conocido por Ángel de la guarda, y relata tres historias de amor que suceden en el comienzo de la guerra civil, que por 12 años desgarró a El Salvador.

Ávalos llama a su obra un “monólogo a tres voces”: las voces de las hermanas Vitelia, Lucía y Elena (encarnadas, respectivamente, por Gabriela Avilés, Jennifer Vásquez y Marlen Argueta).

Umaña habría preferido como título “Ángel por un día” (una frase de la obra), pero La canción de nuestros días refleja el fuerte sentido de identidad colectiva que une a sus tres personajes ante el drama de la guerra.

“Es una forma de narrar bien curiosa, sólo hasta el final te das cuenta de quién es la historia”, indicó Fernando Umaña.

El proceso de llevar a escena La canción de nuestros días inició hace cuatro meses. Sin embargo, fue hace unos cuatro años cuando Ávalos le mostró el texto a Umaña; desde ese momento, el director quiso llevar la obra a las tablas.

La oportunidad se dio con esta muestra y la producción ha implicado varias conversaciones con el autor y visitas a El Mozote.

El estilo del montaje pertenece a algo que el autor llama “teatro de la quietud”. La obra tiene una gran carga emocional, pero a través de la palabra más que de los movimientos.

La obra se presentará en la Pequeña Sala, del 27 al 29 de mayo, a las 6:00 de la tarde. El 30 y el 31 de mayo, las funciones serán a las 11:00 de la mañana y a las 4:00 de la tarde.


Cea, Maryelos. “Tres historias de amor en medio de la cruenta guerra”, Diario El Mundo, San Salvador, miércoles 29 de abril de 2009.

Muestra de teatro 2009 rescata producción nacional


La Muestra de Teatro 2009 inicia este 15 de mayo, con textos inéditos y originales de salvadoreños.

Maryelos Cea


Del 15 al 31 de mayo, la Gran Sala y la Pequeña Sala del Teatro Nacional de San Salvador albergarán la Muestra de Teatro 2009, que en su segunda edición se propone rescatar la dramaturgia salvadoreña.

“De las tablas a la literatura, de la literatura a las tablas” es como la Asociación de Arte Dramático (AAD) ha denominado a la muestra. Y es que las cinco obras que se presentarán son textos inéditos y originales de escritores salvadoreños, e incluso de los mismos actores y actrices que participan en los montajes, explicó Fernando Umaña, de la AAD.

Así, la muestra no sólo expondrá el talento escénico de grupos salvadoreños, también fomentará la producción nacional y brindará el espacio a aquellos actores y actrices que tienen la necesidad de crear sus propios textos, agregó Umaña.

De hecho, la gran actriz Isabel Dada regresa a las tablas, en el contexto de este proyecto, con una obra escrita por ella misma.

Esta dinámica de presentar obras inéditas y originales se convierte, a partir de esta segunda edición, en la carta de identidad de la Muestra de Teatro.


Montajes con toque de mujer

Curiosamente, comentó Umaña, esta muestra se distingue por reunir los distintos roles de las mujeres en el quehacer teatral: como actrices, dramaturgas y directoras.

Tres obras tendrán su estreno en la Gran Sala. Del 15 al 17 de mayo, se presentará Vecinas, del grupo Moby Dick. Del 22 al 24, le toca el turno al grupo Los del quinto piso, con el texto de Jorgelina Cerritos, Respuestas para un menú. Y del 27 al 31 de mayo, Isabel Dada regresa con La Madona de las cuatro lunas.

En la Pequeña Sala, del 21 al 24 de mayo, Teatro Célula presentará El discreto encanto del matrimonio. El grupo Teatro Estudio de San Salvador (TESS), del 27 al 31 de mayo, presentarán la obra La canción de nuestros días.

La entrada general es de $3; los estudiantes pagarán $2. En la Gran Sala, los palcos costarán $5.


Cea, Maryelos. “Muestra de teatro 2009 rescata producción nacional”, Diario El Mundo, San Salvador, miércoles 29 de abril de 2009.

Lo que no se dice: Monólogo de la madre


Un fragmento de Lo que no se dice


Jorge Ávalos

Escena 4. Monólogo de la madre.

En una iglesia. Al fondo, una actriz representa a la Virgen María (alternativamente, un actor representa al Cristo crucificado). La Madre entra y se arrodilla en el suelo, pero de cara al público. Junta las manos, cierra los ojos y comienza a rezar. En ese preciso instante, entra otra mujer: la Abogada. Ella trae una vela y la enciende durante la oración de la Madre. En algún momento reconoce lo que la Madre está diciendo, quizás cuando oye la palabra “abogada”, y se da vuelta y la escucha con atención, mostrando sorpresa cuando comprende qué es lo que la madre está confesando.

LA MADRE: Señor, no soy digna de hablarle. Tenía tiempo de no venir. Ya usted sabe que trabajo mucho. La maquila nos tiene cose y cose, día tras día. Y últimamente me ha tocado cubrir también los fines de semana. No me quejo. Estoy feliz porque mi niña tiene todo lo que necesita y usted sabe que eso es todo lo que yo necesito. Ella está creciendo. Se ha hecho tan inteligente. Es una buena niña. Si sigue así podría ser algo. Al principio pensé que como es tan linda, no sé, podría ser secretaria, o trabajar en un hotel. Pero ahora sé que puede ser más: doctora o abogada, lo que ella quiera. Todavía juega fútbol en la escuela pero ya se está haciendo señorita. Por eso quería hablarle, Señor. Algo le pasó a mi niña. Algo muy serio. Un maestro de su escuela la abusó. Más que eso, usted ya sabe lo que pasó: la violó. Eso no se le hace a una niña. Yo lo denuncié a la autoridad, a la directora de la escuela, pero ahora ella dice que todo esto lo provocó mi niña. Yo sé que no es verdad. El día que esto pasó, ella sangró mucho. La llevé a la clínica y me explicaron todo, todo lo que mi niña no me pudo explicar. Ella llora en la noche y tiene miedo de ir a la escuela. Yo quiero que me ayude, Señor. No le pido mucho, sólo quiero que me diga qué puedo hacer para que ella sea como antes, esa niña que podía ser cualquier cosa en el mundo: abogada o doctora, una mujer sin miedo, dueña de su vida y de su futuro. Gracias, Señor.


© 2009, Jorge Ávalos.

Postales de La canción de nuestros días


La canción de nuestros días


LA CANCIÓN DE NUESTROS DÍAS
de Jorge Ávalos


Marlen Argueta - Elena

Gabriela Avilés - Vitelia
Jennifer Vásquez - Lucía


Dirección y puesta en escena Fernando Umaña
Teatro Estudio de San Salvador

MUESTRA NACIONAL DE TEATRO 2009
La canción de nuestros días se presentará
del 27 al 29 de mayo a las 6:00 p.m.
y el 30 y 31 de mayo a las 11 a.m. y a las 4:00 p.m.
Pequeña Sala del Teatro Nacional de El Salvador
Entrada general: $3 / Estudiantes: $2

Parqueo disponible en Parqueo Morazán
(frente a la plaza Morazán
a media cuadra del Teatro Nacional)


LA CANCIÓN DE NUESTROS DÍAS


Las voces del tiempo
a la sombra de un almendro


Teatro de la quietud. Un espacio donde voces olvidadas o perdidas se reúnen a la sombra de un almendro para tejer una historia común con los hilos de la memoria. Tres voces, una historia: La canción de nuestros días recrea la vida de tres hermanas en el mundo inhóspito de las zonas montañosas del norte de Morazán, El Salvador, poco antes de que la guerra transformara ese mundo para siempre.

Con sus imponentes paisajes naturales, con sus manantiales de agua pura y su fauna de leyenda, Morazán fue el escenario implacable de una cultura cerrada y fecunda, donde la música popular se cultivaba con especial empeño y el amor era la piedra angular de la familia para sobrellevar el aislamiento y la pobreza de las pequeñas comunidades en que vivían.

Esta es, por lo tanto, la historia de una ruptura. En las historias cómicas o emotivas, crueles y esperanzadoras de tres mujeres se registra el fin de la intemporalidad y la llegada de la historia, el momento preciso cuando un estado de inocencia es reemplazado por una toma de conciencia.

En La canción de nuestros días la identidad se erige no en lo que nos separa de los otros, en lo que nos hace diferentes, sino en los que nos une con los otros, con quienes nos identificamos y a quienes amamos. Es por todo esto que podemos afirmar que la cultura es como el amor: es lo queda cuando creemos que todo se ha perdido.

Jorge Ávalos
Marzo de 2009


»Prensa

El Asco


EL ASCO
de Horacio Castellanos Moya

Adaptación, producción y dirección escénica
de Jorge Ávalos

Con el actor
Juan Ramón Galeas como Edgardo Vega / Thomas Bernhard

Escenografía: Beatríz Alcaine

Presentación exclusiva
el martes 3 de diciembre de 2002
a las 9 pm en La Luna, Casa y Arte

La presentación incluirá el estreno de Voces
un video realizado por el cineasta salvadoreño
Guillermo Escalón
y producido por
El Museo de la Palabra y la Imagen

Voces es una entrevista con el controversial escritor
Horacio Castellanos Moya
en el que habla sobre El Salvador
y sobre El Asco (novela que acontece en La Luna)

Entrada gratis

La Luna, Casa y Arte
Calle Berlín, # 228
Urbanización Buenos Aires 3
Tel. 2260-2921
info@lalunacasayarte.com
http://www.lalunacasayarte.com


Me alegra mucho que haya funcionado, es una forma de válvula de escape necesaria que me deja una sensación de alivio. Ojalá circule de nuevo este subversivo montaje que hicieron.
Guillermo Escalón

» Prensa

Teatro de autoría nacional

El director de La canción de nuestros días, Fernando Umaña, discute vestuarios
con las actrices Gabriela Avilés, Merlen Argueta y Jennifer Vásquez.
La canción de nuestros días, original del escritor y periodista Jorge Ávalos, cuenta el paso “de la inocencia” a “la toma de conciencia” de tres hermanas que viven en la zona montañosa de Morazán años antes al conflicto armado.
Gabriela Mendoza


Historias sobre matrimonios infelices, violencia física, psicológica y sexual hacia la mujer, la historia de tres hermanas del norte de Morazán y un monólogo es lo que la Muestra de teatro 2009 traerá a la Gran Sala y a la Pequeña Sala del Teatro Nacional a partir del jueves 14 de mayo.

“De las tablas a la literatura, de la literatura a las tablas” es el título de esta segunda edición coordinada por la Asociación de Arte Dramático (AAD) y patrocinada por el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura).

El primer estreno será el monólogo La Madona de las cuatro lunas, inédito, escrito e interpretado por la actriz Isabel Dada, el miércoles 27, el cual es un material autobiográfico.

Ese mismo día, pero a distinto horario, Teatro Estudio de San Salvador (Tess) también presentará por primera vez la pieza La canción de nuestros días, original del escritor y periodista Jorge Ávalos. La obra cuenta el paso “de la inocencia” a “la toma de conciencia” de tres hermanas que viven en la zona montañosa de Morazán años antes al conflicto armado.

La tercera novedad será Respuestas para un menú, un drama que refleja “la incomunicación del hombre de hoy y la mujer” (jueves 21), el cual ha sido escrito por la actriz Jorgelina Cerritos, quien actuará con el actor Rafael Pineda, ambos miembros del grupo Los del quinto piso.

Y para iniciar la muestra, Moby Dick presentará su comedia Vecinas y Teatro Célula El dulce y discreto encanto del matrimonio.


Mendoza, Gabriela. “Teatro de autoría nacional”, El Diario de Hoy, San Salvador, jueves 30 de abril de 2009.

Teatro made in El Salvador

Jennifer Vásquez, Merlen Argueta y Gabriela Avilés interpretarán La canción de nuestros días.

Por primera vez en el país una muestra teatral reúne únicamente obras de teatro escritas por salvadoreños en la muestra “De las tablas a la literatura, de la literatura a las tablas”.
Ando con la onda de hacer cosas de El Salvador, de buscar textos que me digan cosas de mí en cuanto salvadoreño que soy.”
Fernando Umaña, Asociación de Artes Dramáticas

Patricia Cruz

Se ha dicho que en El Salvador no hay dramaturgia, que si se producen obras son pocas. Sin embargo, Fernando Umaña, al frente de la Asociación de Arte Dramático (AAD), cree que sí hay y se dio a la tarea de indagar de grupo en grupo de teatro qué estaban produciendo. De manera que encontró cinco montajes que ha incluido en la muestra de teatro “De las tablas a la literatura, de la literatura a las tablas”, que se llevará a cabo del 15 al 31 de mayo en el teatro Nacional.

“Esta muestra va a ser un incentivo para los grupos que quieren profesionalizarse. Esto es para potenciar los grupos profesionales y que se arriesguen y que le apuesten a textos nuevos, a la dramaturgia salvadoreña, ese es el propósito”, según Umaña.

Serán tres las obras de estreno para esta muestra: “Respuestas para un menú” de Jorgelina Cerritos a cargo del grupo Los del Quinto Piso; “La canción de nuestros días” de Jorge Ávalos con teatro Estudio de San Salvador (TESS); y “La Madonna de las cuatro lunas”, ópera prima de Isabel Dada e interpretada por ella misma.

Esta es la segunda edición de la muestra de teatro, que se desarrolla en alternancia al Festival Centroamericano de teatro Creatividad sin Fronteras.


Cruz, Patricia. “Teatro made in El Salvador”, La Prensa Gráfica, San Salvador, miércoles 6 de mayo de 2009.

Móvil inmóvil: La canción de nuestros días


El tono es poético aunque utilice un lenguaje de extrema sencillez. Ese mundo sencillo va cobrando matices más ricos y complejos, hasta que el horror llega como una guacalada de agua fría y al final tenemos un nudo en la garganta.”

Ricardo Lindo


En la Muestra nacional de teatro 2009, en la pequeña sala del Teatro Nacional de San Salvador, se presentó a finales de mayo la nueva producción de Teatro Estudio de San Salvador.

Unos años atrás su director, Fernando Umaña, logró lo que parecía imposible: volver dinámica una pieza inmovilista, Luz negra de Álvaro Menéndez Leal. La volvió incluso interesante, pese a tratarse de una obra bastante aburrida. Hoy ha llevado a cabo el montaje de otra obra inmovilista, La canción de nuestros días de otro autor salvadoreño, el narrador y poeta Jorge Ávalos, quien ya antes había hoyado los caminos de la dramaturgia. Ávalos presenta así su obra: “Teatro de la quietud. Un espacio donde voces olvidadas o perdidas se reúnen a la sombra de un almendro para tejer una historia común con los hilos de la memoria. Tres voces, una historia: La canción de nuestros días recrea la vida de tres hermanas en el mundo inhóspito de las zonas montañosas de norte de Morazán, El Salvador, poco antes de que la guerra transformara ese mundo para siempre.”

Mucho relaciona la obra de Ávalos con Luz negra. Se trata de que los muertos nos digan su versión de hechos monstruosos donde fueron víctimas, se trata de la crueldad y de la injusticia. Pero, si la obra de Menéndez Leal transcurre en un espacio hipotético, que pudiera situarse en cualquier lugar del mundo, Ávalos habla de un lugar concreto —un mundo patriarcal y al margen de la civilización, aislado en las montañas de nuestra tierra—, y de un hecho concreto —la guerra que vivió El Salvador no hace mucho.

Poema para voces, La canción de nuestros días ha sido montado por Fernando Umaña como tal. No veremos aquí las luminosas ruedas conteniendo las cabezas cortadas que hacía girar en su versión de Luz negra, no veremos grandes efectos. Sobriamente, tres mujeres jóvenes sentadas en sillas paralelas van alternándose para narrar su historia, la historia del amor que la guerra destruye. El tono es poético aunque utilice un lenguaje de extrema sencillez. Ese mundo sencillo va cobrando matices más ricos y complejos, hasta que el horror llega como una guacalada de agua fría y al final tenemos un nudo en la garganta.

No hay aquí una opción política, una acusación que pudiera ser esgrimida por un bando contra el otro. Pero hay una acusación más vasta y no es únicamente la guerra vista desde un ángulo pacifista, sino asimismo el mortuorio redoble de campanas sobre esas comunidades de sencillez evangélica que se van hundiendo en el pasado, aquí y en todas partes del globo. El drama del pequeño pueblo de Morazán va más lejos: es un poema miles de años cantado el que perdemos con él.

Menéndez Leal, hombre de gran ingenio y extraordinario cuentista, logró que Luz negra fuera traducida a diversos idiomas y montada en varios países, pero, ya con la perspectiva que da el tiempo, vemos en ese trabajo suyo un humanismo artificioso y frío. La obra que ahora nos presenta Teatro Estudio, en cambio, tiene vida.

Tres actrices nuevas en escena, Marlen Argueta, Gabriela Avilés y Jennifer Vásquez, han interpretado sus papeles con contención, con mesura, con efectividad.

Ha sido dicho tanto con casi nada. Esta vez Fernando Umaña ha ganado la apuesta siguiendo el camino inverso y también la ha ganado el poeta Jorge Ávalos.


Lindo, Ricardo. “Móvil inmóvil”, El Faro, San Salvador, lunes 4 de junio de 2009.

La canción de nuestros días: un estremecimiento teatral


La canción de nuestros días de Jorge Ávalos es un nuevo estremecimiento, cuyo epicentro radica en la memoria histórica de El Salvador”.

Claudia Hernández


Este día comenzó con el estremecimiento de la tierra y con una lluvia. No pude dormir tras el temblor de cuatro grados; después de eso, mi mente trabajó en recordar la vulnerabilidad de este país: pensé en las grietas del volcán, en las colonias cercanas a “Las Colinas” que se derrumbaron en el sismo del 2001, en las casas de bajareque… en fin, llegué al trabajo con cara de desvelo.

A la salida de la jornada manejé como loca hacia el centro de San Salvador para poder llegar a tiempo a ver una obra de teatro y, milagrosamente, llegué al parqueo frente a la Plaza Morazán. Tenía años de no entrar a la pequeña sala del Teatro Nacional. Me vinieron muchos recuerdos gratos. Además caí en la cuenta de que he dejado de consumir lo que más me gusta: espectáculos de danza y teatro (por compromisos de danza, vale decir).

Se apagó la luz y en escena aparecieron tres mujeres. La más pequeña parecía la más real de las tres (era la única vestida diferente y con zapatos). Las dos restantes tenían una mirada cautivante y me encantó la forma desenfadada de hablar. Ellas se sentaron a recordar “aquellos días” bajo un árbol de almendro. Y fue entonces que estas hermanas narraron la vida campesina en Morazán, al norte del país, quizá ubicándose a principios de la década de los ochenta del pasado siglo. Aquellas historias me atraparon, pues además de describir el amor, ¡con tanto amor!, y rememorar aquellas “pasaditas y picardías” con un sano humor, me despertó el interés por saber más de esta historia (detalles que no me corresponde contar y si quiere saber más vaya al teatro este viernes, sábado o domingo).

Las hermanas cantaron una canción, muy linda, que desconozco de dónde la sacó el autor. Es una melodía que me pareció un bello legado para la mujer de los zapatos.

Cuando estaba disfrutando de aquella interpretación, sumada a una puesta en escena muy creativa en detalles de luz y movimiento (de las actrices y de los elementos escénicos), la atmósfera escénica cambió. Cuando eso pasó, pensé que me tocaría vivir un nuevo estremecimiento, cuyo epicentro radica en la memoria histórica de mi país.

Así fue. Me estremeció cómo aquellas mujeres terminaron su historia. Brindaron un relato propio y a la vez común para muchos campesinos y campesinas sobre su contacto con la guerra salvadoreña (1980-1992). Entonces entendí porque sólo una de estas hermanas parecía real, dos de ellas llegaron —doce años después— al árbol de almendro, que alguna vez fue cómplice de amores, desafiando a la muerte… salvando su memoria y la de sus seres queridos.

Creo que la obra duró una hora, pero yo no la sentí. Pensé que había sido breve, pero aún así no digerí al cien por ciento de su contenido pues fue intensa y como dicen, lo poco es más. Mucho más.

Salí del teatro con la misma sensación que tuve hace un par de meses, cuando asistí a la capilla de la UCA a presenciar los relatos de sobrevivientes de masacres, torturas y ejecuciones extrajudiciales. En esa ocasión me impactó escuchar las memorias de hombres y mujeres que vieron morir a sus familias cuando apenas tenían 12 años de edad. Estas personas, los sobrevivientes de estos hechos, lloraron y me hicieron llorar, pero al final los vi crecer y personalmente me permitió comprender por qué la verdad y la justicia son valores a los que jamás se debe renunciar.

Quizá por eso la obra fue el segundo movimiento telúrico de este día. Totalmente recomendable, La canción de nuestros días.

***

Y bueno, cuando salí del teatro vi esa plaza Morazán tan linda y hacía un calor agradable. Me pareció el perfecto escenario para fingir y eso hice. Fingí que la ciudad es segura y me puse a caminar por ahí y por allá. Pero no me duró mucho, en mi cartera andaba mi cámara de fotos de reciente adquisición y me acordé que por ahora 14 personas mueren diariamente a causa de la delincuencia. Di la vuelta y me fui. Mi breve interpretación sobre cómo pajarear en el centro de San Salvador se terminó.


La canción de nuestros días es una obra de teatro escrita por Jorge Ávalos y dirigida por Fernando Umaña. Fue interpretada por las actrices: Marlen Argueta, Jennifer Vásquez y Gabriela Avilés. Se presentó en el Teatro Nacional del 27 al 31 de marzo de 2009.


Hernández, Claudia. “La canción de nuestros días: un estremecimiento teatral”, Xibalbá, San Salvador, jueves 28 de mayo de 2009.

Muestra Independiente de Teatro ARTTES 2009



Organizada por la Asociación de Artistas de Teatro de El Salvador (ARTTES)

Miércoles 4: “La fiesta” – La Bocha Teatro

Jueves 5: “Sueño del ángel” – Grupo de Teatro Mal Camino

Viernes 6: “El rastro” – Acento Escénica

Sábado 7: “Divertimento” – Jaime Ruano

Sábado 7: “Réquiem para un malabarista” – Viktorio Godoy

Domingo 8: “Respuestas para un menú” – Los del quinto piso

Miércoles 11: “Lo que no se dice” – Escena X Teatro

Jueves 12: “Maquila” – La Cocina Teatro

Viernes 13: “A puerta cerrada” – La Barraca Teatro

Sábado 14: “Niños prohibidos” – Teatro Libre

Domingo 15: “Vecinas” – Moby Dick Teatro

Actividad: Teatro
Fecha: Del 04/Noviembre al 15/Noviembre
Lugar: Teatro Luis Poma, Metrocentro 10ª Etapa, San Salvador
Hora: De miércoles a sábado 7 p.m. – domingo 5 p.m.
Entrada: General $3 – Estudiantes con carné $2


“Muestra Independiente de Teatro 2009”, Agenda Click, 4 de noviembre de 2009, San Salvador.

Teatro independiente llega en noviembre

Lo que no se dice se presentará el 11 de noviembre en el Teatro Luis Poma.

Alfredo García


La Muestra Independiente de Teatro 2009, que se iniciará el 4 de noviembre, ofrecerá humor absurdo, denuncia social, pantomima y existencialismo.

Once espectáculos, producidos en su mayoría durante todo este año, se presentarán durante dos semanas. El escenario será el Teatro Luis Poma.

Por segundo año, la Muestra Independiente, organizada por la Asociación de Artistas de Teatro de El Salvador (Arttes), se llevará a cabo como una iniciativa separada del Festival de Artes Escénicas: Escena 2009, organizada también en noviembre por la Secretaría de la Cultura, antes el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura).

Entre las obras a presentarse están La Fiesta, de la Bocha Teatro; Sueño del ángel, de Mal Camino; El rastro, de Acento Escénica; Divertimento, de Jaime Ruano; Réquiem para un malabarista, de Viktorio Godoy; y Respuestas para un menú, de Los del Quinto Piso. Las funciones se realizarán del 4 al 8 y del 11 al 15 de noviembre.

“Esta vez hemos dado un paso adelante en el sentido que ahora son más espectáculos y también tenemos una Asociación más sólida y fortalecida”, mencionó Francisco Borja, miembro de Arttes, quien además anunció que la organización está abierta para todos aquellos que quieran unirse.

Los interesados podrán solicitar información e inscribirse al principio de cada función.

También el sábado 14 de noviembre de 8:00 a.m. a 12:00 m. la Asociación llevará a cabo una asamblea abierta para elegir la nueva junta directiva, por lo que sus representantes invitaron a participar a todo el gremio teatral.

Crecimiento

Sobre los avances de la Muestra, Oscar Guardado, presidente de Arttes, comentó: “Lo que hemos tratado de hacer es abarcar la mayor cantidad de grupos independientes. Ahora tenemos algunos que no estuvieron el año pasado, aunque por espacio, tiempo y presupuesto no podemos abarcarlos todos”.

En 2008 la Muestra contó con alrededor de mil 500 asistentes, según informó Francisco Borja.

“Hicimos las valoraciones de que era más la gente joven que se acercó como público. Es importante porque tiene que ver con que los estudiantes están de vacaciones y con el precio de entrada, entonces ellos tienen la iniciativa propia de ir al teatro”, apuntó.

Otras de las piezas participantes son Lo que no se dice, de Escena X; Maquila, de La Cocina Teatro; A puerta cerrada, de La Barraca Teatro; Niños prohibidos, de Teatro Libre; y Vecinas, de Moby Dick. Todas las funciones se han programado en el Luis Poma de miércoles a sábado a las 7:00 de la noche, y los domingos a las 5:00 de la tarde. Entrada $3 general y $2 estudiantes.


García, Alfredo. “Teatro independiente llega en noviembre”, El Diario de Hoy, San Salvador, miércoles 28 de octubre de 2009.

Sobre Avalovara

«En abril de 2001 el escritor salvadoreño Jorge Ávalos –quien radicó en Nueva York- fundó la revista electrónica Avalovara ante el cierre de los espacios editoriales y creativos en El Salvador. Su perfil editorial consistió en una revista donde los creadores (artistas) fueron los protagonistas.

Ávalos asegura que durante la primera semana de cada uno de los 12 meses que la revista estuvo en línea recibió hasta 900 visitantes al día; en el resto del mes era vista por unas 300 personas diariamente.

“Como en ese momento las revistas culturales se habían muerto (Tendencias y Búho) era necesario tener un medio para que los creadores compartiéramos”, sostuvo.

Así, www.avalovara.org alojó artículos de escritores e intelectuales nacionales como Ricardo Lindo, Miguel Huezo Mixco, Jacinta Escudos, Carlos Santos, Carlos Henríquez Consalvi, Rafael Menjívar Ochoa, Ana María Gómez, Rafael Lara Martínez, Sheila Candelario; incluyó escritos de Johana Godoy (Guatemala) y Roberto Bolaño (Chile).

Una de las secciones que a juicio de Ávalos cobró mucho interés fue la galería de arte, en la que hubo muestras de artistas como Mayra Barraza y Muriel Hasbún.

Paradójicamente, el éxito de la revista la condenó a la muerte, ya que los patrocinadores -al constatar los niveles de audiencia- decidieron cobrar por el servicio de alojar el sitio en un servidor. Ante la escasez de recursos, Avalovara dejó de existir.»


* En el mismo artículo también se menciona la participación activa de Jorge Ávalos en el proyecto Búho: «En 1999 y después del cierre de Tendencias, el grupo editorial Coopex –dirigido por Turcios- estableció una alianza con La Prensa Gráfica para publicar mensualmente la revista Búho, que nació con el objetivo de ser un soporte literario para los estudiantes de Bachillerato. Su directora fue Breny Cuenca. Incluyó artículos de finas plumas internacionales como Juan Villoro (mexicano) y con artículos de escritores y poetas salvadoreños como Geovani Galeas, Carlos Santos, Miguel Huezo Mixco, Jorge Ávalos, Francisco Andrés Escobar, Rafael Menjívar Ochoa, Ricardo Lindo, fotógrafos como Thirza Ruballo y Augusto Vásquez, entre muchos otros.»


Molina Tamacas, Carmen. Fragmento del artículo “Periodismo Cultural en El Salvador”, Ciencia en El Salvador, 16 de noviembre de 2008, San Salvador.

Programa de mano de Lo que no se dice


La balada de Jimmy Rosa: Al otro lado del espejo

Documental visual sobre la creación de personajes antes de cada función de la obra La balada de Jimmy Rosa, estrenada en el Teatro Luis Poma de San Salvador el 10 de septiembre de 2009. Escrita y producida por Jorge Ávalos y dirigida por César Pineda. Con el elenco: Patricia Rodrìguez, Karen Castillo, Alejandra Nolasco, Fernando Rodrìguez, Alexander Córdova y Geovanny Alvarado. Grabado el 21 de septiembre de 2009.

La balada de Jimmy Rosa: anuncio de fin de temporada

Una nota de agradecimiento del elenco y el equipo artístico que trabajó en La balada de Jimmy Rosa, la obra teatral de Jorge Ávalos, dirigida por César Pineda y estrenada el 10 de septiembre de 2009 en el Teatro Luis Poma. En el video aparecen los miembros del elenco: Patricia Rodríguez, Karen Castillo, Alejandra Nolasco, Fernando Rodrìguez, Alexander Còrdova y Geovanny Alvarado. Filmado detràs de escena el 21 de septiembre de 2009 en el Teatro Poma, San Salvador.

La balada de Jimmy Rosa


LA BALADA DE JIMMY ROSA

Premio Nacional de Teatro Ovación 2009

La balada de Jimmy Rosa es la historia de una joven prostituta acusada de un crimen horrendo. Construida como un drama policial, la acción toma lugar en un cuarto de interrogación de una estación de policía de Nueva York. A través de los diálogos y de la acción escénica se devela poco a poco la historia de Alba Rosa, alias “Gypsy Rose”, una inmigrante ilegal salvadoreña. La tensión dramática crece cuando una fiscal de Nueva York busca y descubre la verdad sobre Alba Rosa. La obra está integrada por seis personajes latinos. Todos serán transformados por la intensa hora que viven en torno al caso de la joven salvadoreña.

ESCRITA y PRODUCIDA por Jorge Ávalos
DIRIGIDA por César Pineda

El estreno mundial de La balada de Jimmy Rosa
fue el jueves 10 de septiembre de 2009
en el Teatro Luis Poma
en San Salvador, y contó con la participación
del siguiente elenco:

Patricia Rodríguez - Catherine MacLaverty
Karen Castillo - Alba Rosa, alias “Gipsy Rose”
Alejandra Nolasco - Maya Marley
Fernando Rodríguez - Manuel “Manny” Velasco
Alexander Córdova - Félix Fernández
Geovanny Alvarado - Eulalio Ramírez, alias “Wabbit”

Escenografía: Tito Hasbún
Estilista: Kesia Palomares
Sonidista: Mauricio González
Luminotécnico: César Noé González
Vestuarios: Jorge Ávalos y elenco
Producción ejecutiva: Jorge Ávalos

La temporada de la obra fue entre el jueves 10 y el domingo 20 de septiembre de 2009. Además se realizaron dos funciones privadas para la empresa Confía, un ensayo general y una presentación especial para los medios de prensa. Alrededor de tres mil personas vieron la obra en su primera temporada.

» Prensa